El Día de los Muertos

Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO en el año 2008 gracias a su impacto a nivel tradicional y por impregnar su legado a personas de todas partes del mundo.

Esta celebración mexicana tiene su origen en las culturas indígenas prehispánicas de Mesoamérica. Las que celebraban la muerte para ayudar a sus seres queridos en su camino al Mictlán (lugar de los muertos).


Con la llegada de los españoles al continente americano se incorporaron algunos de los elementos del catolicismo a esta celebración, lo que dio como resultado El Día de Muertos que conocemos en la actualidad. Con el sincretismo e influencias de ambas culturas.


Aunque el 2 de noviembre es el día más popular de esta celebración; son de gran importancia también el 1 de noviembre, día en que se recuerda a “las almitas” de los niños difuntos, así como el 27 de octubre se prepara un altar para esperar a las mascotas.


El altar de muertos se decora con flores de cempasúchil, veladoras, cruces y con retratos de los difuntos como elementos principales. Las comidas y bebidas favoritas de los difuntos son de especial importancia porque se espera que durante su visita disfruten de todo lo que se les preparó.

La flor de cempasúchil

Un elemento simbólico que no puede faltar en la celebración de El Día de los Muertos. Esta es una flor originaria de México, su nombre en náhuatl “Cempohualxochitl” significa veinte flores, debido a que no es una sola flor, sino un grupo de ellas.


Espiritualmente se relaciona la cempasúchil con la conexión entre dos mundos; el de los vivos y el de los muertos. Representa la dualidad de la vida misma, por lo que la muerte es vista sólo como un proceso natural de esta vida terrenal.


Esta flor es muy valorada en México donde se utiliza en la decoración de altares y elaboración de caminos. En la tradición azteca se creía que guiaba las almas de los difuntos hasta su lugar de descanso final; hoy esta tradición y creencia siguen tan presentes como en la época prehispánica.


El color amarillo de la flor representa la fuerza de la luz y de la vida. También evoca al Sol. Se cree que la intensidad de su aroma y color actúan como un “faro espiritual” y que también atrae a las almas de los seres queridos ya fallecidos de visita a nuestro mundo durante El Día de los Muertos.


En la actualidad es una flor a la que se atribuyen muchas propiedades; medicamento, en la cosmética, pigmento de textiles y en la elaboración de insecticidas entre otros.


También se agregan los pétalos de cempasúchil al alimento de las gallinas, por eso los huevos mexicanos son tan amarillos ¿verdad que no lo sabías? ;0)


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Curiosidades

 En México se hablan unas 68 lenguas indígenas distintas aparte del español, lengua materna en la mayoría de los países latinoamericanos.

El 6% de la población mexicana habla alguna lengua indígena, las más habladas son: el náhuatl, el maya y tzeltal.

México es el país de habla hispana con mayor número de habitantes, un poco más de 120 millones con un 91% de sus habitantes que hablan español.

El chocolate fue descubierto en México, la palabra Xócoc significa “amargo”, mientras que atl “agua”, “agua amarga”. Así como “tomate”, la forma corta de “jitomate” viene de Xictomatl, Xictli “ombligo”, tomohuac “gordura” y atl “agua” “ombligo de agua gorda”. Por último, la palabra ahuácatl que significa “testículos de árbol” y que como las anteriores fue llamada de otro modo, por los españoles.

Cuando tomamos préstamos de otras lenguas, tendemos a nativizarlos, quién sabe, quizá debido a la complicidad del sonido “tl” en español se prefirió poner la “e” en lugar de la “l” dando como resultado aguacate, tomate y chocolate, entre otras; para simplificarnos su pronunciación

El Día de los Muertos

 Esta celebración de honra a los difuntos tiene lugar los días 1 y 2 de noviembre en los que con ofrendas y oraciones se lleva a cabo esta tradición prehispánica.

Según la creencia popular el 1 de noviembre vienen las almas de los niños a visitarnos y el 2 las de los adultos. Se les espera con altares, veladoras, flores de cempasúchil y objetos de valor emocional y claro, lo más importante su comida favorita, la que no puede faltar.

Ya desde la época prehispánica los aztecas lo celebraban y es que según la tradición, los seres queridos que no se encuentran con nosotros físicamente regresan a nuestro plano físico para visitar a sus familiares.

Las calles mexicanas se llenan de fiesta, de dulces y de colores, pero es al mismo tiempo un momento emotivo, de oración para algunos, de reflexión sobre la muerte para otros, todo gira en torno a la familia.

Esta fiesta es un símbolo de identidad nacional, creyentes y no creyentes son fieles a esta tradición que recuerda a los que ya no están físicamente, esta celebración es además Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Cholula, pueblo mágico

Cholula, pueblo mágico Se encuentra a 15 kilómetros de la ciudad de Puebla. Aunque en la ciudad de Puebla se habla el español, en algunos lugares de su valle se sigue hablando el Náhuatl, lengua utilizada por los aztecas desde hace siglos.

Cholula es conocido como un “pueblo mágico” debido a su historia prehispánica, la que todavía se puede respirar por sus calles, uno de sus atractivos más grandes es la Gran Pirámide, la que además es la pirámide más grande del mundo. Otras de las atracciones más populares de Cholula son: El Mercado Municipal, La Plaza de la Concordia, La Parroquia de San Andrés de Cholula, La Explanada, El Convento de San Gabriel, El Templo de San Franciso de Acatepec.

En Cholula se encuentran más iglesias que en cualquier otro pueblo del país, por lo que el último viernes de noviembre se lleva a cabo un “Vaniloquio Campanero”, un concierto de campanas único en su tipo. No se sabe a ciencia cierta el significado de la palabra “Cholula”, lo que sí se sabe es que viene del náhuatl Cholollan “lugar de huida”. 

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